Los sacramentos de la Iglesia son un regalo de Dios y por tanto "gratuitos". No se puede cobrar los sacramentos porque no tienen precio... ¿Por qué entonces la Iglesia pide colaboración en ocasión de la celebración de los sacramentos?
La casi absoluta mayoría de las parroquias viven de la limosna de los fieles. Se sostienen edificios, servicios a los mismos fieles, caridad a los más necesitados, evangelización y catequesis, se paga la luz - el gas - el teléfono - los elementos de higiene de toda la parroquia, se prestan las instalaciones para grupos no parroquiales, hay que sostener a los sacerdotes que en gran mayoría no cobran sueldos por servicios educativos u otros...
La colaboración nunca es obligatoria o excluyente. Si en alguna parroquia ocurre no está bien, no responde al espíritu de la Iglesia...
La colaboración con el templo es como el de la viuda del Evangelio. Dio con generosidad sus dos moneditas que era todo lo que tenía para vivir y no como otros que daban de lo que sobraba...
La colaboración con la Iglesia suele ser cuestionada porque hay algunos abusos en el manejo del dinero... Las parroquias se han hecho y se sostienen con las cenas, las rifas, el aporte voluntario de los fieles y la colaboración de los fieles con motivo de celebrar los sacramentos: p.e. la colecta en la misa...
Lo que muchas veces, quienes se enojan por el aporte que hay que hacer al sostenimiento de la Iglesia, no dicen que gastan en muchas cosas "superfluas" en vistas a la celebración de los mismos sacramentos... (las filmaciones, las fotos, los souvenir, etc.)
Hay que participar de la vida comunitaria para descubrir la verdadera economía de las parroquias...
Agradezco a la comunidad parroquial que siempre aporta con generosidad a la vida de la comunidad. Con ese aporte pudimos: construir el templo y la capilla, los oratorios, los salones y salas de catequesis, podemos mejorar constantemente las instalaciones, podemos sostener la caridad para con los pobres, podemos ayudar a las personas de muchas maneras...
Gracias a todos los que comprenden. Una invitación a conocer más a fondo nuestra parroquia. Un compromiso mayor con la comunidad nos lleva a ofrecer nuestros dones y talentos, nuestro tiempo y escucha, nuestros esfuerzos económicos y pastorales...
Gracias de corazón. Perdón por situaciones donde pueda haber un pedido excesivo o incluso un mal manejo de los bienes.
