domingo, 29 de junio de 2014

Acto penitencial: caer en la cuenta de la presencia del Señor lleva espontáneamente a experimentar la propia indignidad, a reconocerse pecador, a sentirse pobre y necesitado. Saberse en presencia de quien quita el pecado del mundo lleva a la comunidad pecadora, pero creyente, a un sentimiento de humildad, de conversión. Nadie de los reunidos ha alcanzado todavía la perfección, todos necesitan del Cristo compasivo que se hace presente con su Gracia salvadora. En el acto penitencial del rito de entrada reconocemos esa doble realidad: la de nuestro pecado y la de la Gracia de Cristo. Confesamos nuestro pecado pero sobre todo confesamos la misericordia del Señor. Se proponen tres formularios distintos para realizar el acto penitencial.  Estos tienen una estructura común: a) invitación del que preside en orden a despertar la actitud penitencial. b) breve pausa de silencio para vivir personalmente cada uno esa actitud c) expresión comunitaria de la penitencia d) plegaria conclusiva del que preside, invocando el perdón de Dios.

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